Iván Thays
Philip, perdónalos porque no saben lo que escriben. Fuente: nytimesEmpiezo a leer la reseña de Indignación, la novela de Philip Roth, que ha escrito Juan Manuel de Prada en el ABCD las letras:Anda muy atareado Philip Roth (Newark, New Jersey, 1933) en los últimos años, propinándonos una serie de novelas febles en las que rememora pasajes de su biografía poco o nada tamizados por el cedazo de la imaginación; y supongo que, a poco que persevere en su frenesí grafómano, acabará rebañando el Premio Nobel. En Indignación, Roth nos narra las vicisitudes universitarias de un joven judío, Marcus Messner, hijo de un carnicero kosher obsesionado por protegerlo de influencias perniciosas y de evitarle el reclutamiento para la guerra de Corea. Marcus es un «rebelde sin causa»; pero no al estilo desorientado y conflictivo que ha popularizado la película de Nicholas Ray, sino al estilo infatuado y carente de empatía que suele ser signo distintivo en los personajes de Roth.Y entonces es suficiente. Dejo de leer la reseña sin necesidad de llegar más lejos. ¿Qué puede hacerse ante alguien que no entiende un comino a un escritor notable como Roth? ¿Y encima con una prosa tan inflada y de pésimo gusto: «novelas febles» «cedazo de la imaginación» «frenesí gráfómano»? ¿Qué hacer? No indignarse. Perdonarlo, quizá, solamente perdonarlo.