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Decíamos ayer

Por 7 de septiembre de 2021 Sin comentarios

Félix de Azúa

Voy a ofrecer al Gobierno bicéfalo algunos consejos prácticos de empoderamiento resiliente, solidario, sostenible y paritario, como diría el hípster de Daniel Gascón

Saludo el curso escolar de mis atentos lectores (y también de los desatentos) desde esta frágil columna. Entrados en el otoño, voy a ayudar al Gobierno bicéfalo para que dure por lo menos unos meses más. De manera que le ofrezco algunos consejos prácticos de empoderamiento resiliente, solidario, sostenible y paritario, como diría el hípster de Daniel Gascón.

El primero es impedir que los personajes que encarnan la maldad en las películas, especialmente las del Oeste, se rían a carcajadas mostrando la bajeza de sus instintos y una dentadura lamentable. La orden de la dirección de ETA para que sus empleados sonrieran sin descanso cuando se los juzgaba, obedecía al mismo fraude. Un teatro seguido dócilmente por los políticos separatistas encarcelados e indultados. Signo de mala conciencia y alma de spaghetti western.

El segundo consejo es el de prohibir mediante norma bien fundada que se aplauda en el Parlamento. No hay nada más descorazonador para el pobre votante que ver las interminables ovaciones de los diputados de uno y otro bando, a veces en pie como en los toros, cada vez que termina de hablar alguien o incluso mientras está hablando. Este fervor tan fácil de confundir con la célebre expresión de “dar jabón” (u otras más soeces), trae la conclusión de que cuantas más majaderías diga el prohombre o la promujer, más se le ovaciona.

El último consejo de la semana trata de evitar que la envidia, sobre todo la ancestral envidia morisca y fenicia, castigue a las comunidades donde se vive sin rencores ni celos, como Madrid. No hay que multarlas con impuestos, pero puede suplirlos una nueva gabela de gran futuro: un gravamen a todos los varones blancos, heterosexuales y sanos. Que paguen o se reinicien. ¡Banda de colonos!

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Félix de Azúa

Félix de Azúa nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Ha publicado los libros de poemas Cepo para nutria, El velo en el rostro de Agamenón, Edgar en Stephane, Lengua de cal y Farra. Su poesía está reunida, hasta 2007, en Última sangre. Ha publicado las novelas Las lecciones de Jena, Las lecciones suspendidas, Ultima lección, Mansura, Historia de un idiota contada por él mismo, Diario de un hombre humillado (Premio Herralde), Cambio de bandera, Demasiadas preguntas y Momentos decisivos. Su obra ensayística es amplia: La paradoja del primitivo, El aprendizaje de la decepción, Venecia, Baudelaire y el artista de la vida moderna, Diccionario de las artes, Salidas de tono, Lecturas compulsivas, La invención de Caín, Cortocircuitos: imágenes mudas, Esplendor y nada y La pasión domesticada. Los libros recientes son Ovejas negras, Abierto a todas horasAutobiografía sin vida (Mondadori, 2010) y Autobiografía de papel (Mondadori, 2013)Una edición ampliada y corregida de La invención de Caín ha sido publicada por la editorial Debate en 2015; Génesis (Literatura Random House, 2015). Nuevas lecturas compulsivas (Círculo de Tiza, 2017), Volver la mirada, Ensayos sobre arte (Debate, 2019) y El arte del futuro. Ensayos sobre música (Debate, 2022) son sus últimos libros.  Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

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